He preparado un ejemplo de uso de canto para entrar y salir de la oración Centrante que podría ser de gran utilidad durante nuestra vida diaria.
Agradezco el material usado a Carmen Horst y Cristina Horst de Roberts.
He preparado un ejemplo de uso de canto para entrar y salir de la oración Centrante que podría ser de gran utilidad durante nuestra vida diaria.
Agradezco el material usado a Carmen Horst y Cristina Horst de Roberts.
Método desarrollado específicamente como un diálogo entre el lenguaje clásico del camino espiritual cristiano y los modelos psicológicos contemporáneos.
En la década de los 60 Fr. Keating y los hermanos de la Abadía de St. Joseph en Massachussets, comenzaron a desarrollar una renovación de la oración contemplativa de manera de poder responder a la deserción masiva de católicos a caminos espirituales orientales. Se basó en el uso de un libro llamado “ La Nube del Desconocimento” de autor anónimo del siglo XIV.
La Oración Centrante, como se llamó el método, era un método devocional puro y simple. Una forma de profundizar e intensificar la relación con Dios. En ese momento no había ninguna base psicológica.
En el verano de 1983, Fr. Keating organizó el primer retiro Intensivo en La Fundación Lama en San Cristóbal, New Mexico, por un periodo de 2 semanas, en donde se pudiera tener una inmersión profunda.
Los efectos fueron impresionantes al ser expuestos a 5 horas diarias de meditación. Lágrimas, recuerdos reprimidos, intuiciones profundas, todo mezclado en la superficie, junto con una sensación de catarsis y vínculo entre los 12 participantes .
Fr. Keating hace referencia de haber visto a las personas pasando en 10 días lo que les hubiera costado 20 años en el monasterio. ¿Qué había sucedido? Fr. Keating se dió cuenta que el método de la Oración Centrante había producido estos efectos.
La Oración Centrante es un método de rendición, o, para describir este mismo movimiento desde un punto de vista psicológico más que un punto de vista teológico, un método receptivo. No implica una concentración sino una relajación de la atención para que ya no haya un foco unidireccional para la mente.
La Psicología Transpersonal estaba en ese momento todavía en su infancia, pero
desde entonces ha confirmado lo que Keating descubrió a través de observación: cuanto más receptivo es el método de meditación, mayor y más inmediata es la implicación del inconsciente.
Los métodos concéntrativos, que implican siempre un cierto grado de esfuerzo egoico, tienden a retardar la participación del inconsciente. Los métodos receptivos, por otro lado, lo fomentan, particularmente en una situación de grupo intensivo como el retiro pionero.
Pero el verdadero salto intuitivo de Keating fue reconocer la importancia de esta observación: esta “descarga del inconsciente”, como él la llamaría más tarde, no era un efecto secundario intrascendente, sino un proceso de purificación significativo en el trabajo. De hecho, este fue el vínculo de conexión que había estado buscando durante mucho tiempo, entre la purificación tal como se presenta tradicionalmente en la enseñanza cristiana (como una reprogramación de la motivación consciente, o la lucha contra el pecado), y la realización de la psicología contemporánea que tal reprogramación va sólo superficialmente y, de hecho, puede causar graves daños si se utiliza para la represión y la negación de los impulsos inconscientes. “La verdadera ascesis es la purificación de los motivos inconscientes”, había argumentado Keating durante mucho tiempo, pero ¿cómo llegar a ellos? Con la Oración Centrante como catalizador del inconsciente, encontró su herramienta y su paradigma.
Así, la Oración Centrante renació no sólo como un método devocional sino también psicológico. En la década que siguió a ese primer retiro de Lama, reconociendo la necesidad de proporcionar apoyo y un marco conceptual para las crecientes filas de practicantes de Oración Centrante, Keating produjo la primera cinta de 24 serie de videos, luego una serie de libros: Mente Abierta, Corazón Abierto (1986), El Misterio de Cristo (1987), Invitación al Amor (1992) e Intimidad con Dios (1994), en las que despliega una visión cada vez más cohesiva y sutil del “viaje espiritual” cristiano: el camino de la sanación interior y la transformación que comienza cuando uno adopta una práctica regular de la Oración Centrante.
Hoy día, es por esta enseñanza que es principalmente conocido y sobre la que descansa su enorme popularidad como maestro espiritual. En sus palabras, “El Método de la Oración Centrante se desarrolló específicamente como un diálogo entre los modelos psicológicos contemporáneos y el lenguaje clásico del camino espiritual cristiano”.
En una síntesis ambiciosa e innovadora, Keating entrelaza la sabiduría tradicional de Tomás de Aquino, Teresa de Ávila y Juan de la Cruz con las ideas contemporáneas de Ken Wilber, Michael Washburn, Jean Piaget e incluso el Método de los Doce Pasos de los Alcohólicos Anónimos. El resultado es un paradigma psico-espiritual integral que comienza en la herida y termina, si una persona está dispuesta a llevarlo tan lejos, en la unión transformadora. Él lo llama la Terapia Divina.
Referencia: Bourgeault, Cynthia. Centering Prayer and Inner Awakening. Cowley Publications, 2004, p.91-99.
De manera de ayudar a entender en forma sencilla este método de meditación cristiana, he preparado un archivo de voz con el material.
El aprendizaje del método de la Oración Centrante lo realicé a través de la organización Contemplative Outreach Ltd., la cual fue fundada por el padre Thomas Keating en 1983 con el propósito de renovar la dimensión contemplativa del Evangelio, y de promover su diseminación en la vida diaria de los hombres. La misión de esta organización es compartir el método de la Oración Centrante y dar soporte al trasfondo conceptual. Comencé a involucrarme con la organización alrededor del 2006 como voluntaria en la zona del Noreste de Ohio y he podido liderizar diferentes grupos de oración, entrenarme en liderazgo de grupos y como presentadora del método de la Oración Centrante, organizar eventos y formar parte del liderazgo de la organización.
De manera de adentrarnos a esta presentación, la primera pregunta que nos tenemos que hacer es: ¿Qué es orar? Podemos pensar que es la expresión de nuestros pensamientos y emociones tal como lo hacemos con las oraciones vocales, de reflexión, de respuestas o simplemente oraciones espontáneas. Sin embargo, cuando decimos ”vamos a orar”, lo que realmente estamos diciendo es “déjanos tener una relación con Dios” o mejor dicho “déjanos abrirnos a una relación más profunda con Dios”. En la tradición cristiana existe este tipo de oración que nos permite cultivar la relación con Dios a niveles más profundos, a niveles que podemos llamar de intimidad y es lo que es llamado oración Contemplativa. Es la apertura de nuestra mente, corazón y de todo nuestro ser a la Presencia Divina, más allá de los pensamientos, palabras y emociones. Abrimos nuestra conciencia a Dios que está dentro de nosotros, más cercano que nuestra respiración, nuestros pensamientos o nuestra conciencia misma. Es simplemente descansar en la Presencia de Dios.
Cómo todas la oraciones cristianas, la Oración Contemplativa está arraigada en la palabra de Dios en las escrituras y en la persona de Jesús. Su fuente es la morada Divina en nosotros (Padre, Hijo, y Espiritu Santo). El amor incondicional de Dios es el que toma la iniciativa en la relación con nosotros y al mismo tiempo nuestro deseo por Dios es también un regalo dado a nosotros. (1 Juan 4:19).
La Oración Centrante está diseñada para facilitar el desarrollo de la Oración Contemplativa. No sustituye los otros métodos de oración, tales como las oraciones vocales, oraciones de reflexión, u oraciones espontáneas y está basada en la enseñanza de Jesús en el Sermón de la montaña:
… “cuando vayas a orar, entra en tu cuarto/aposento interior y reza a tu Padre en secreto y tu Padre que vé todo te recompensará.” (Mt.6:6). Este cuarto interior siempre está accesible porque está dentro de nosotros.
La Oración Centrante también ha recibido inspiración de textos escritos por varios importantes contribuyentes de la Tradición Contemplativa Cristiana, tales como Juan Casiano, el autor anónimo de “La Nube del No Saber,” Francisco de Sales, Teresa de Avila, Juan de la Cruz, Teresita de Lisieux, y Thomas Merton.
El método de la Oración Centrante desarrolla nuestras facultades internas para prepararnos y así poder experimentar la Presencia de Dios en nosotros mismos. El método cultiva la profundidad de nuestra relación con Dios y si consentimos a ésto, se desarrolla el sentir de pertenecer a Dios. Esto lo experimentaremos cómo la presencia de Dios en forma continua, la experiencia de unidad con Dios, la experiencia de comunión con Dios.
Cosas que debemos saber de la Oración Centrante.
Cómo todos los métodos de meditación que conocemos en forma genérica, la Oración Centrante tiene la misma intención y es de parar el proceso constante de pensamientos en nuestras mentes o sea el tener pensamientos uno detrás de otro.
El funcionamiento de nuestra mente es el de tener un pensamiento tras de otro en forma continua y lo que se busca durante la meditación es hacer un espacio entre ellos. Cuando hacemos espacio entre los pensamientos entramos a tener una vacación con uno mismo. El padre Thomas Keating hablaba así cuando enseñaba el método de la Oración Centrante. Cuando comienza este proceso, comienza el período de conocimiento de uno mismo a niveles más profundos y nos llegamos a dar cuenta de nuestra raíz en Dios o de nuestro ser.
La mayoría de métodos de meditación consisten en enfocar la mente en algo, seguir la respiración o decir un mantra en forma constante. La Oración Centrante no trabaja así. Ella presupone que la mente va a estar con la presencia constante de pensamientos, uno tras del otro, porque esto es lo que hace la mente.
La Oración Centrante, a enseñará como soltar los pensamientos. Un pensamiento en la Oración Centrante, es cualquier cosa que te hace llevar tu atención a un punto focal. Por ejemplo una idea, una emoción que te produce un efecto fuerte, el recuerdo de una memoria, o también pudiera ser el sonido de una mosca, o una picazón en la nariz.
El gesto de soltar los pensamientos y dejar espacio entre ellos es el darle a Dios la oportunidad de actuar dentro de nosotros. Lo que estamos haciendo es consintiendo a la presencia y acción de Dios. Y en este momento queriéndolo o no estamos recibiendo ayuda, solidaridad y soporte de terrenos fuera de uno mismo. Esto es llamado recibir una gracia y asistencia especial.
La Oración Centrante no se hace con atención sino con intención. Esto es muy importante porque no llevamos nuestra atención a un punto focal. La intención es lo que sostiene la practica de la Oración Centrante porque nuestra atención no tiene punto focal.
¿Cúal es nuestra intención en la Oración Centrante? Estar totalmente disponible a la Presencia Divina, en el presente, a Dios. Cualquier lenguaje que quieran usar porque ustedes saben empíricamente que en nuestro corazón hay una dimensión más profunda de vida, el problema es que uno está constantemente pensando, reaccionando y respondiendo. Verdaderamente lo que queremos hacer es estar disponible. Necesitamos es poner toda nuestra intención de estar disponible a esta corriente de Presencia.
Cuando te sientas y empiezas tu período de meditación lo primero que uno hace es poner nuestra intención y estar disponible a la presencia de Dios.
Lo que nos puede pasar es que no hayan pasado 3 minutos y comencemos a pensar que se nos olvidó apagar el teléfono o que se nos quedaron las llaves del carro pegadas. En estas situaciones no hay que preocuparse. Uno se da cuenta del pensamiento y no se engancha, no continuamos con la conversación interna; simplemente dejamos ir el pensamiento. También puede ocurrir que comencemos a soñar despiertos. Va a llegar el momento que nos damos cuenta y al suceder esto uno suelta el pensamiento sin juzgar, sin excitación, sin recriminación a uno mismo. Lo que hacemos es dejar pasar el pensamiento y nada más. Este gesto simboliza que uno está consciente de la presencia de Dios en nosotros. Este es el mecanismo básico de la Oración Centrante.
De manera de recordar de nuestra intención, la gran mayoría de personas usan una palabra sagrada. Es una palabra de una o dos sílabas que uno escoge como símbolo para uno mismo para recordarse cuál es la intención durante la meditación. Puede ser Dios, Amor, Quietud …Uno no repite esta palabra en forma constante.
Uno usa esta palabra cómo una señal para uno mismo para recordarnos. Con el tiempo el uso de esta palabra formará parte de tu inconsciente. Desde allí esta palabra sale para ayudarlo a uno y recordamos que estamos pensando y que debemos soltar los pensamientos.
Se debe uno sentar en un cojín de meditación o en una silla con los pies tocando el suelo. Los ojos están típicamente cerrados. Ayuda mucho tomar un tiempo antes de la meditación para recogerse físicamente de manera de encontrarse relajado y luego poner en forma clara cuál es nuestra intención, que es estar en la presencia y acción de Dios. Por ejemplo, “Yo estoy aquí y me doy a tu brazos Señor”, y uno comienza la meditación por un mínimo de 20 minutos. Para controlar el tiempo puede usar algún reloj con alarma pero con sonido muy sutil. Después de pasar este momento, uno debe de permanecer en silencio unos minutos de manera de dar tiempo a volver a nuestra consciencia habitual.
Se recomienda la práctica de meditación 2 veces al día.
Guía o pautas de la Oración Centrante:
1. Escoger una palabra sagrada como símbolo de la intención de consentir a la presencia y la acción de Dios en tu interior.
2. Sentarse cómodamente y con los ojos cerrados, sosiéguese brevemente e introduce silenciosamente la palabra sagrada como símbolo de su consentimiento a la presencia y la acción de Dios en tu interior.
3. Cuando se de cuenta que estás reteniendo un pensamiento,* regresa muy suavemente a la palabra sagrada.
4. Al final del período de oración, permanecer en silencio, con los ojos cerrados, por un par de minutos.
*El término “pensamientos” incluye sensaciones corporales, sentimientos, imágenes y reflexiones.
Primer periodo de la Oración Centrante.
Guía o pautas de la Oración Centrante:
1. Escoje una palabra sagrada como símbolo de tu intención de consentir a la presencia y la acción de Dios en tu interior.
2. Sientate cómodamente y con los ojos cerrados, sosiéguate brevemente e introduce silenciosamente la palabra sagrada como símbolo de tu consentimiento a la presencia y la acción de Dios en tu interior.
3. Cuando se te des cuenta que estás reteniendo un pensamiento,* regresea muy suavemente a la palabra sagrada.
4. Al final del período de oración, permanece en silencio, con los ojos cerrados, por un par de minutos.
This week I have being presented with the concept of the apostle Paul as one of the most misunderstood teacher, and mystic. Having the sample of Paul, I encounter a direct message that talked to my heart at this moment in which I am interested in the process of how the non-dual mind mind is formed by prayer and embodiment practices. A beautiful summary has been presented during this week and I would like to have it near to remind me that all human being have access to the Divine Flow , that is always happening and everyone can plug in.
We encourage you to create some space this week for intentional silence and stillness, using Father Richard’s description of contemplation and “the mind of Christ” as an entry into prayer:
In contemplative practice, we refuse to identify with any one side, while still maintaining our intelligence. We hold the creative tension of every seeming conflict and go beyond words to pure, open-ended experience, which has the potential to unify many seeming contradictions. We cannot know God the way we know anything else; we only know God subject to subject, by a process of mirroring. This is the “mind of Christ” (see 1 Corinthians 2:16). It really is a different way of knowing, and you can tell it by its gratuity, its open-endedness, its compassion, and by the way it is so creative and energizing in those who allow it.
Truly great thinkers and cultural creatives take for granted that they have access to a different and larger mind. They recognize that a Divine Flow is already happening and that everyone can plug into it. In all cases, it is a participative kind of knowing, a being known through and not an autonomous knowing. The most common and traditional word for this change of consciousness was historically “prayer,” but we trivialized that precious word by making it functional, transactional, and supposedly about problem solving. The only problem that prayer solves is us!
Material from Daily Meditations_Center of Action and Contemplation Week Mark 20 – March 25 2022
I received a contemplating practice today, Contemplating Art, and I was totally immersed on the experience that I had.
Some of the great modern philosophers, Schelling to Schiller to Schopenhauer, have all pinpointed a major reason for great art’s power to transcend. When we look at any beautiful object (natural or artistic), we suspend all other activity, and we are simply aware, we only want to contemplate the object. While we are in this contemplative state, we do not want anything from the object; we just want to contemplate it; we want it to never end. We don’t want to eat it, or own it, or run from it, or alter it: we only want to look, we want to contemplate, we never want it to end.
In that contemplative awareness, our own egoic grasping in time comes momentarily to rest. We relax into our basic awareness. We rest with the world as it is, not as we wish it to be. We are face to face with the calm, the eye in the center of the storm. We are not agitating to change things; we contemplate the object as it is. Great art has this power, this power to grab your attention and suspend it: we stare, sometimes awestruck, sometimes silent, but we cease the restless movement that otherwise characterizes our every waking moment. . . .
Think of the most beautiful person you have ever seen. Think of the exact moment you looked into his or her eyes, and for a fleeting second you were paralyzed: you couldn’t take your eyes off that vision. You stared, frozen in time, caught in that beauty. Now imagine that identical beauty radiating from every single thing in the entire universe: every rock, every plant, every animal, every cloud, every person, every object, every mountain, every stream—even the garbage dumps and broken dreams—every single one of them, radiating that beauty. You are quietly frozen by the gentle beauty of everything that arises around you. You are released from grasping, released from time, released from avoidance, released altogether into the eye of Spirit, where you contemplate the unending beauty of the Art that is the entire World.
That all-pervading Beauty is not an exercise in creative imagination. It is the actual structure of the universe. That all-pervading Beauty is in truth the very nature of the Kosmos right now. . . . If you remain in the eye of the Spirit, every object is an object of radiant Beauty. If the doors of perception are cleansed, the entire Kosmos is your lost and found Beloved, the Original Face of primordial Beauty, forever, and forever, and endlessly forever. And in the face of that stunning Beauty, you will completely swoon into your own death, never to be seen or heard from again, except on those tender nights when the wind gently blows through the hills and the mountains, quietly calling your name. [1]
[1] Ken Wilber, The Eye of Spirit: Integral Art and Literary Theory (Shambhala: 1997), 44.
Contemplative sitting alone or with others—silence and the breath–invite us to rest in that very reality, sinking deeply into it until we come out on the other side of it. “Where is that?” you might be asking. A state of mind and heart which, believe it or not, rests, or even glories, in the reality of being simply human, knowing that each of us and all of us–the Universe itself–are held in the benevolent embrace of Divine Love. This love, actually experienced in deep contemplative silence, releases in the unconscious what is held in bondage, little by little, making new freedom possible. We come to see what we thought was un-seeable. We welcome that which we never knew. It’s called transformation and it is the kiss of the Divine.
Nancy Sylvester, IHM Institute for Communal Contemplation and Dialogue. June 6, 2019
Program: Centering Prayer Vestibule Practice: Breath and Body Awareness Centering Prayer; Lectio Divina; Time to Share; Short reading for enrichment.
Lectio Divina material
The Way
All the ways of the Lord are loving… Psalm 25:10 NIV
This is my commandment: love one another, as I have loved you. John 15:12 NJB
41. Jesus did not teach a specific method of meditation or bodily discipline for quieting the imagination, memory, and emotions. We should choose a spiritual practice adapted to our particular temperament and natural disposition. We must also be willing to dispense with it when called by the Spirit to surrender to his direct guidance. The Spirit is above every method or practice. To follow his inspiration is the sure path to perfect freedom.
Open Mind Open Heart by Fr. Thomas Keating. Christian Life, Growth and Transformation, Chapter 13
READING: “The Present Moment and All That Is”Excerpted fromThat We May Be One Fr. Thomas Keating (Word of the Week
Our relationship with God is not static. It’s dynamic, and the Spirit is suggesting what to do in every present moment. So, that’s why we haven’t time to think of the past or the future, unless God brings it to our attention, because everything that we want is NOW. Our capacity is there. God is prepared to fill it, and we just have to go through the experience of development on each level of our humanity, culminating in living just to manifest God in whatever way we’re supposed to.
The present moment then, you might say, is the computer that God is always texting us. So, if we think we’re alone, we’re mistaken. As long as you have your cell phone on, you’re in touch with all the world—it’s a good symbol of relationship, because in relating to God, you’re relate to everything that he made and everything that he made is good. This is the kind of conviction or conceptual background that we need to insist upon over and over again. It’s being in the presence of God and being able to stay there and love being there, while submitting to the difficulties and duties or what happens at the same time. There is everything that’s happening at the present moment, and there is this Presence that doesn’t change, that is always there, and which you contact in some degree when contemplative prayer begins to be firmly established.
I think those scientific gadgets are marvelous metaphors of how many ways God is actually communicating to us at every moment. It’s not just a statue or a picture we’re thinking of. It’s all of reality contained in its Creator here and now in a single instant. You have to be open and adapting as whatever happens as an embrace from God.
So, there’s no need to think of self or the past or to worry about the future. It’s now. Now, now, now, now, now! You’re always in the presence of God and then you can see God in different things, whatever the Spirit may suggest.
Material to use during our online meeting
For Lectio Divina:
The disciples of John and of the Pharisees were accustomed to fast.
People came to Jesus and objected,
“Why do the disciples of John and the disciples of the Pharisees fast,
but your disciples do not fast?”
Jesus answered them,
“Can the wedding guests fast while the bridegroom is with them?
As long as they have the bridegroom with them they cannot fast.
But the days will come when the bridegroom is taken away from them,
and then they will fast on that day.
No one sews a piece of unshrunken cloth on an old cloak.
If he does, its fullness pulls away,
the new from the old, and the tear gets worse.
Likewise, no one pours new wine into old wineskins.
Otherwise, the wine will burst the skins,
and both the wine and the skins are ruined.
Rather, new wine is poured into fresh wineskins.”
Meditation:
Everyone serves good wine first, and then,
when people have drunk freely, an inferior one;
but you have kept the good wine until now.
– John 2:10
Brothers and sisters,
there are different kinds of spiritual gifts but the same Spirit
… one and the same Spirit …
distributing them individually to each person.
– I Corinthians 12:4, 11
Today’s readings echo the rejoicing of the third Sunday in Advent – with a slight difference. In Advent, we waited in “joy-filled hope.” Now, we rejoice in fulfillment. Exiles have returned to Jerusalem; water has turned into wine. What once appeared ordinary and mundane has been infused with effervescence and light. We, who lit candles in the darkness, have been transformed. Rejoicing in the awareness that God is with us, we turn to the Spirit within and discover gifts. Blessing upon blessing, these gifts not only bring us joy, they also benefit our brothers and sisters. Today’s readings celebrate our transformation, the gifts discovered in that process and our ability to use those gifts in the communities in which we find ourselves, as well as in communities beyond our usual comfort zone. |
You are invited to view this video clip, about six minutes in length
Some material was extracted from the Contemplative Outreach Word of the Week January 20, 2019 in order to be used in our online prayer time.
A contemplative practice such as Centering Prayer seems naturally to call forth contemplative service. When we start this journey, we often do Centering Prayer to feel better; to be more centered, focused, and relaxed; to experience spiritual consolations; to deepen our relationship with God. As our practice matures, our motivation changes. It moves beyond our felt experiences to something deeper.
What are you really doing when you sit down in Centering Prayer and open yourself to God’s presence and action within? In Fruits and Gifts of the Spirit, Fr. Thomas writes, “You are opening to God’s presence and consenting to God’s activity. God’s activity is the work of the Holy Spirit in your particular embodiment in this world.”
Now there are varieties of gifts,
but the same Spirit;
and there are varieties of service,
but the same Lord;
and there are varieties of working,
but the same God who inspires them all in everyone.
To each is given the manifestation of the Spirit
for the common good.
— 1 Corinthians 12: 4-7
In Invitation to Love Fr. Thomas says, “The contemplative journey, of its very nature, calls us forth to act in a fully human way under the inspiration of the gifts of the Spirit. These gifts provide the divine energy of grace …” As we have learned in this course and through our practice of Centering Prayer, “We are rooted in God, and by accessing that divine energy we are united with God and able to do what Jesus did: be a manifestation of God’s tenderness and compassion among the people we serve and love” (Fruits and Gifts of the Spirit). Rooted in God, accessing divine energy, we are able to do as Jesus asks of us in Matthew 10: 8, Give as gift what you have received as gift.
What is contemplative service? It’s not just volunteering, and it’s more than helping. And it’s not about accomplishing something. When our service is motivated by the emotional programs of the energy centers and not from the true center of our oneness with the Indwelling Spirit and from a sense of oneness with all creation, we are likely to burn out. Contemplative service is a vocation, a divine call motivated and inspired by love. Service happens when what we do arises from our center, inspired and led by God. It’s a way of life, a way of being present to all that surrounds us. Inspired by this divine call, we engage in contemplative service with the intention of being transformed in and through the experience.
“It’s not how much we give but how much love we put into giving.”
— Mother Teresa
As you consent to the work of the Holy Spirit in your particular embodiment, the fruits of the Spirit manifest and are experienced by those in relationship with you.
…The fruit of the Spirit is love,
joy, peace, patience, kindness, generosity,
faithfulness, gentleness, self-control.
— Galatians 5: 22-23
By their fruits you will know them.
— Matthew 7: 16
From: The Spiritual Journey. Formation of the Spiritual Life with Contemplative Outreach. Session 99. Spirituality and Practice December 17, 2018
Centering Prayer and Embodied Contemplative Practices – My experience
The article Contemplative Movement on the January 2018 of Contemplative Outreach Ltd. bulletin by Robin Gates, stirred in my mind so many experiences that I observed after few years of my Centering Prayer Practice. I noticed that my body began asking for movement as never before during reading, working on the computer, attending conferences, etc. My body always was asking me to move even in a small way. I did not know what was happening so I decided to have a standing working station, and began doing more physical exercises. When I found a direct correlation of my Centering Prayer Practice, and the growth of my spiritual awareness with all these changes, I began searching for explanations. Finding scientific research papers supporting the cultivation of interoceptive, proprioceptive and kinesthetic awareness at the core of movement-based contemplative practices such as Yoga, Qigong and Tai Chi, my interest to add some of this kind of practices began in order to find a better balance in my daily life.
I began practicing yoga and then I decided to understand this discipline in a deeper form after I found a lot of benefits in my life. I began with yoga studies and yoga training in the Satyananda tradition (Bihar Yoga) where I have been exposed to yoga philosophy and yoga psychology too. My mind opened a 180 degree radio after this studies and training, given me the discipline and strength necessary to keep going forward in my Centering Prayer practice as transformative tool in the Christian Contemplative Heritage.
Movement-based embodied contemplative practices: definitions and paradigms. Front. Hum. Neurosci., 14 April 2014 | https://doi.org/10.3389/fnhum.2014.00205.
Editorial: Neural Mechanisms Underlying Movement-Based Embodied Contemplative Practices. Front. Hum. Neurosci., 26 April 2016 | https://doi.org/10.3389/fnhum.2016.00169
Satyananda Yoga/Bihar Yoga http://www.biharyoga.net/yoga-vision/satyananda-yoga/